sábado, 13 de septiembre de 2014

Ernest y Scott: El fin de una amistad (II)



Se afirma que Ernest contestó la carta de Scott, pero que su respuesta se perdió o seguramente fue destruida. Aunque los pocos que lograron enterarse del contenido epistolar dicen que lo único que Hemingway aceptó fue no volverlo a mencionar más en sus obras y que iba a omitir su nombre en todas las publicaciones que hiciera.

Cuando Fitzgerald cayó enfermo en 1937 y permaneció durante un largo tiempo en el hospital, lograron verse en dos oportunidades con Ernest aunque fueron encuentros breves. Scott seguía hablando de una amistad aunque no la hubiera, al igual que Ernest y así fue, prácticamente fingieron una relación de amistad que evidentemente estaba deteriorada y tal vez ya ni existía.

Y queda para la anécdota que Hemingway reconoció que con la única persona que se podía hablar en América y que realmente valía la pena era con Fitzgerald. En 1939 Ernest en una carta confiesa que aunque han tenido un estúpido e infantil sentimiento de superioridad y que se desprecian mutuamente, reconoce que Scott es una persona con talento.

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