Una nueva era

Imagen: BBC

El año pasado el presidente Barack Obama y el dictador Raúl Castro anunciaron la reanudación de las conversaciones diplomáticas entre ambos países. En discursos simultáneos los líderes confirmaron la normalización del diálogo luego de medio siglo. Esta semana, el secretario de estado John Kerry llegó a Cuba para izar la bandera en la embajada americana, sellando así las conversaciones y comenzando una nueva era en su política exterior.

La presencia de John Kerry en Cuba legitima una dictadura que ha causado mucho daño en los ciudadanos, miles de cubanos huyeron de su país buscando nuevas oportunidades, un lugar para progresar y salir de la nación que limita su desarrollo. Recuerdo, en un viaje que realicé a Miami hace ya algunos años, encontrarme con una cubana embarazada que aprovechó la residencia de sus padres y se mudó a Florida, claro que esto tuvo consecuencias, el Gobierno Cubano le advirtió que si viajaba y elegía vivir en los Estados Unidos, sus bienes iban a pertenecer al régimen de manera automática. Pero no es todo, estaría impedida de volver a pisar su país durante diez años. 

Estados Unidos es una nación ordenada, tiene un sistema educativo de primera, y un sistema de salud francamente envidiable. Hay muchas oportunidades de trabajo, es un país seguro, productivo e inclusivo. Todo lo contrario a Venezuela, que tiene a sus ciudadanos en interminables filas por la espera de un kilo de arroz, o lo que es más humillante, un rollo de papel higiénico. Pero el respaldo que tiene Nicolás Maduro limita a los países vecinos a intervenir.

Sin embargo, cuando se comenten actos en contra de los derechos humanos y sus habitantes sufren las consecuencias de un régimen abusivo, en ese momento, los países en conjunto deben evitar que se convierta en una nación improcedente, injusta e ilegal. Hoy, Venezuela está en crisis y Cuba busca mecanismos de defensa para evitar su debacle y encontró en Estados Unidos una fuente de ingresos, así dejará de vivir del petróleo venezolano para subsistir del turismo americano.