domingo, 11 de diciembre de 2016

El luto como ejercicio de autoridad


Imagen: Estadao
«Entre María Kodama, viuda de Borges, y Carolina López, viuda de Bolaño, existe más que una simple aproximación accidental. Con el pasar de los años, la literatura nos ha enseñado que los grandes escritores no serían nada sin lectores, esos mismos que sus viudas buscan aún después de muertos».

Después del deceso de Borges, el 14 de junio de 1986, María Kodama decidió quedarse en el anonimato, rechazó muchas entrevistas, conferencias y peticiones de prólogos. Sabía, y con razón, que las obras de Borges lo decían todo y era innecesario resaltar su genialidad. Sin embargo, en los últimos años, María Kodama recorre el mundo y acepta todas las entrevistas posibles, se muestra preocupada, porque esta última generación ha dejado de leer a Borges o peor aún, lo desconoce.

Pero va más allá, hace pocas semanas, se estableció una querella penal contra el autor argentino Pablo Katchadjian por la reciente publicación de 'El aleph engordado', su nuevo libro que utiliza como título y contenido, la obra original. Los abogados de Kodama le ofrecieron al autor argentino el pago de una reparación civil, acompañado de una disculpa pública; pero él se negó, alegando que fue un homenaje.

Sin embargo la polémica no cesa, y muchos críticos han acusado a Maria Kodama de querer apropiarse de la colección completa del gran Borges. Y es que después de su muerte, su viuda decidió relanzar obras como 'El Aleph', 'Ficciones', 'El Hacedor' e 'Inquisiciones'; pero con un sello distintivo que la adjudica como autora y propietaria del contenido. También, sorprende que después de la publicación de 'Antología Personal' (1961) y 'Nueva Antología Personal' (1968), obras seleccionadas por el mismo Borges, Maria Kodama haya decidido publicar tantos libros inéditos como 'Biblioteca Personal' (1988), 'Prólogos' (1995) y 'Borges profesor' (2002). Convirtiéndose en libros de estantería pero alejados de la obra elemental del autor de relatos fantásticos.

Pero la controversia también abarca a otros escritores, y es que después de la muerte de Roberto Bolaño, el 15 de julio de 2003, se han publicado, hasta el momento, tres obras póstumas: 'El Tercer Reich' (2010), 'Los sinsabores del verdadero policía' (2011) y 'El espíritu de la ciencia' (2016). Que más bien son proyectos incompletos pero que se difunden como grandes obras contemporáneas, sin tener plena veracidad si el autor chileno estuvo conforme o no, con su publicación. 

Esto último fue difundido en una columna del crítico literario, Ignacio Echevarría, titulado 'Roberto Bolaño borrado' publicado en el suplemento El Cultural del diario El Mundo, hace apenas unos meses. En la columna, el crítico literario se declaraba amigo cercano y un lector voraz del escritor chileno, pero se mostraba en desacuerdo con las publicaciones póstumas. Obras, según afirma, que son más bien una extensión de los libros originales pero no lo logran expresar la escritura fundamental de Roberto Bolaño.

Hace pocas semanas, Carolina López respondió a través de una carta titulada 'La verdad sobre Roberto Bolaño' que fue publicada en la sección Tribuna del diario El País. En la carta, la viuda del escritor chileno confirmó la amistad que alguna vez hubo entre su familia e Ignacio Echevarría, amistad que se quebró al descubrir que el crítico literario envió un manuscrito inédito a varias personas por correo electrónico, sin autorización. Además de descalificar al columnista, negó los comentarios correspondientes a que las obras póstumas sean extensiones inexpresivas del autor chileno. 

Entre María Kodama y Carolina López, existe más que una simple aproximación accidental, hay una lectura y relectura de problemas judiciales y editoriales. Recordemos que tanto la atribución de una obra original y la extensión indebida de un legado, sólo contribuyen a desnaturalizar el rasgo básico en la elección de un libro o autor. Por lo pronto, debemos ser consientes que las obras ya publicadas, escapan de las manos del mismísimo escritor, porque ahora pertenecen a todos sus admiradores, seguidores y lectores. Claro está que cuando se trasgrede la línea de la propiedad intelectual y se comete un delito, los culpables deben ser castigados. Pero si uno lee al pie de página que el 'copyright' de Borges o Bolaño pertenece a María Kodama o Carolina López, no dejamos de pensar que tal vez los que se están apropiando indebidamente de una trayectoria literaria pública, sean quizás, los integrantes de su propia familia. 

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