«En los primeros minutos de
entrevista, Nicolás Maduro parece cuerdo, pero no le duró mucho…»
La
polémica entrevista de Jorge Ramos al dictador Nicolás Maduro -transmitida hace
unos días en la cadena Univisión- dejó una serie de momentos dignos de analizar.
Desde -aunque no lo crean- verdades que describe el usurpador sobre los últimos
procesos electorales, hasta un manual periodístico que trata de imponer
reiteradas veces a Jorge Ramos.
Al inicio
del diálogo, Maduro indica: “ellos (la oposición) solo reconocen los resultados
cuando hay victorias a favor y desconocen cuando nosotros ganamos”. Aunque
cuesta admitirlo, es una verdad que debe cargar -como cruz- Juan Guaidó cada
vez que se refiere a las elecciones en su país. No se puede reconocer la victoria
de la oposición en el Parlamento bajo el mando de Nicolás Maduro, porque se trata
de una estrategia planificada al detalle por la banda chavista.
A propósito
de ello, la oposición venezolana exhortó -desde la muerte de Hugo Chávez- la
llegada de observadores internacionales durante los comicios para corroborar el
fraude que, en alguna oportunidad, terminó por beneficiar a los pilares de la
libertad. No se puede aceptar un fraude por más que sea beneficioso, porque
estarían cayendo en el juego sucio de la banda chavista. Es importante la
visión crítica del asunto, porque el espíritu de la libertad termina por mancharse por las malas decisiones de sus líderes.
De
igual manera, en los primeros minutos de entrevista, Nicolás Maduro parece cuerdo,
pero no le duró mucho, ya que le dice a Jorge Ramos: “Tú vienes con una
posición tomada y debes ser un poco más equilibrado. Tú eres un opositor de derecha
que vive en Estados Unidos”. Como la mayoría de los hombres de poder, Maduro
intenta imponer el ritmo de entrevista que desea, y piensa que señalar al periodista
como “opositor”, motivará a que la entrevista sea equilibrada, pero es todo lo
contrario. El rol del periodista -y no digo que todos lo hagan- es ser oposición,
siempre, y sobre todo con los hombres de poder, es la adrenalina que nos motiva
todos los días.
“No juegas
limpio como periodista, tú creas afirmaciones y acusaciones (respecto al número
de muertos y presos políticos en Venezuela). Si fueras venezolano tendrías que
enfrentarte a la justicia porque haces afirmaciones falsas de casos juzgados”,
fue otras de las declaraciones de Maduro que, por lo visto, desconoce que el
periodista que cita sus fuentes -como lo hizo Jorge Ramos- está protegido por
un sinfín de acuerdos internacionales. Tratar de intimidarlo con la posibilidad
de un juicio en Venezuela es una clara amenaza y un atentado contra la función periodística.
Sin embargo, como es costumbre para Maduro, decide repetirlo descaradamente a
fin de amedrentar a todos los comunicadores que pisan su país.
Finalmente,
Nicolás Maduro dice la frase que lo pinta de cuerpo entero como dictador: “Tú
te llevas tu basurita compadre (la lista de prisioneros políticos en
Venezuela), agarra tu basurita Jorge Ramos. Vienes a provocarme, te vas a tragar
con una Coca-Cola tu provocación”. Sin duda, estas palabras de Maduro perdurarán,
y por más que haya registro que es una persona incompetente para gobernar, este
último registro ratifica que es un matón y un hombre nocivo para Venezuela.
Pero cuando pase el calvario, tres millones de exiliados retornarán para
festejar la salida del dictador.
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