Imagen: Technologizer |
Hay una habilidad que caracteriza al peruano y es "la creatividad", pero aquí entra un factor clave, no pensamos en grande, y si seguimos en esta línea no crearemos compañías como Microsoft. Y si logramos crear un Microsoft en el Perú debemos tratar de mantener ese entusiasmo y buscar crecer. Como IBM que tiene más de cien años en el mercado y a pesar de eso mantiene su éxito, ese es uno de los grandes retos de toda empresa.
El Perú tiene una diversidad natural que nos debería sacar del subdesarrollo y en consecuencia, desterrar la pobreza del país, pero eso no ocurre. Todo lo contrario a Suiza, este país no tiene recursos naturales, compran hasta el agua que beben, sin embargo es una potencia europea. Por otra parte, millones de niños quieren ser el próximo Pizarro, Guerrero, Farfán o Vargas. Pero ¿cuántos niños quieren ser el próximo Vargas Llosa? Muy pocos, la realidad es que el ídolo está relacionado con la popularidad y no con la intelectualidad. Todos quieren un Balón de Oro pero nadie anhela un Premio Nobel.
La falta de tolerancia en el Perú es muy grande. Lo que no convence es condenado por la sociedad, los peruanos no toleramos el fracaso, la desgracia ajena es el triunfo del semejante. Recordemos que Thomas Alva Edison tuvo más de mil intentos antes de que su foco prendiera y los hermanos Wright tuvieron más de cien intentos antes de que su avión volara. Otro ejemplo, Steve Jobs fue humillado al ser despedido de su propia empresa, pero no pasó ni una semana y ya estaba recaudando fondos para otra, y por más que su cara apareció en todos los periódicos del mundo con titulares que decían "fracasado", el genio de Apple no retrocedió y los inversionistas apostaron nuevamente por él.
El innovar es el base para que un Bill Gates construya un imperio como Microsoft. Y para que esto suceda en el Perú debemos estimularlos económicamente y financiar sus proyectos. Se debe reducir la complejidad de trámites cuando nuestro genio quiera lanzar su empresa, el Estado debe trabajar para que los procesos de formalización sean amigables, sino nuestro genio desarrollará su proyecto en la informalidad o lo que es peor, se irá del país. Debe haber un buen clima laboral, nuestro genio debe sentirse cómodo en el país, y si fracasa, la sociedad debe confiar nuevamente en él. Y finalmente, debemos ser críticos, cuestionar constantemente el producto y ayudarlo a mejorar porque esto nos beneficiará a todos.
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