sábado, 4 de abril de 2015

Una verdad incómoda (I)


Imagen: MundoGeo
Hace algunos días busqué en Internet, uno de los documentales más recomendados. Home, una producción que (sorprendentemente) fue apoyado por reconocidas marcas y fue traducida con la voz de Salma Hayek.

La tierra tiene 4 mil millones de años y el hombre 200 mil años. Una diferencia bastante notoria pero suficiente para causar el daño que hoy padecemos. Recordemos que somos una de miles de especies, sólo eso, lo que nos diferencia es la razón pero aún así destruimos nuestro hogar.

El origen de la vida siempre ha sido un misterio pero de lo poco que conocemos, estamos seguros que fue gracias a una bacteria que hoy estamos aquí. La arqueobacteria se alimenta del calor de la tierra, pero es la variación de esta la que nos debe importar. La Cyanobacteria, capta la energía del sol y es gracias a esta que evolucionamos. Igualmente, somos muy afortunados al tener el mundo vegetal, porque son estos que se alimentan de energía solar y producen oxígeno. Todo está vinculado, no podemos vivir sin agua ni aire, somos dependientes.

Las algas también producen oxígeno, estas otorgan más de la mitad del gas indispensable para la vida. El árbol es otra maravilla de la naturaleza, logro exitoso, escultura perfecta y que desafía a la gravedad porque es el único elemento natural en crecimiento permanente hacia el cielo. Los suelos también tienen actividad constante, los microorganismos fabrican Humus, el mando fértil más importante para las cosechas. Por otro lado, desconocemos la totalidad de especies, es un misterio. Lo seguro es que cada especie tiene una función y esto contribuye al equilibrio de la naturaleza.

Es ahí cuando aparece el hombre, para disfrutar de la flora y la fauna pero que cambiará el mundo. Conquistarán territorios y dominarán animales. El hombre necesita trabajar para sobrevivir y busca en el animal la fuerza que la naturaleza no le concedió. La agricultura cambió nuestra historia, hace 10 mil años. Fue nuestra primera gran revolución ya que se da inicio a la civilización. Aprendimos a multiplicar los alimentos, a través de las cosechas, y la adaptamos para que crezca en todo lugar. Los hombres han moldado la tierra a su gusto.

Tiempo después se descubre el petróleo y empieza la era del hombre. En 50 años hemos modificado la tierra más rápido que los 200 mil años que estamos aquí. En 60 años, la población mundial se triplicó, más de 2 mil millones de hombres se han mudado del campo a la ciudad. China, en 40 años pasó de ser un país de pueblos a un país de ciudades. Estados Unidos tiene la capacidad de producir cereal para millones de personas pero lo utiliza como alimento de animales. Además el 70% del agua sirve para regar cultivos. Por otro lado, los pesticidas sirven para exterminar las plagas pero olvidamos que es un producto tóxico que se expande por el aire, siendo nocivo para la especie humana. La utilización de recursos es desproporcionado, por ejemplo, para producir un kilo de arroz se necesita cien litros de agua. No estamos yendo por el camino correcto.

Dubái, un país que crea islas artificiales, no tiene recursos naturales, excepto el petróleo, suficiente para convertirse en una nación rica. Dubái no tiene campos de cultivo pero puede importar sus alimentos. Dubái no tiene agua pero puede desalar el mar. Dubái es un desierto pero ignora los paneles solares. Aunque, no sólo es este país, todos estamos agotando lo que la naturaleza nos ofrece. Los recursos son finitos, no lo olvidemos.

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